Hace no pocos días, tuve la oportunidad de vivir un suceso
que por demás fue curioso y a la vez maravilloso y a todas luces un verdadero
milagro, vivo en una región de Chile que limita por el norte con el desierto de Atacama, el desierto más árido del planeta y donde no precipita lluvia en ningún
día del año, ni aun en el invierno más frío, sin embargo un fenómeno natural
extraño fue pronosticado en este lugar, se avecinaba un frente frío con características
de ser un temporal, la población se preparó para tan magno evento, las personas
reforzaban sus viviendas preparaban sus calles para esperar la lluvia, la cual
de acuerdo a los pronósticos dejaría lo que podría ser la cantidad de agua muy
importante a su paso, la expectación era grande, el nerviosismo y la ansiedad
se apodero de toda la población, finalmente aquel día miércoles a las 19:30
horas la lluvia llego, la gente salía a las calles de forma masiva, hombres
mujeres y niños se reunían en las calles para ver caer la lluvia y saltaban,
gritaban, lloraban, ponían las palmas de las manos y el rostro hacia el cielo para
sentir las gotas golpear su piel con delicadeza, era como si para ellos fuera
un verdadero festival, muy extrañado de ver la actitud de las personas decidí
investigar porque las personas estaban
en tal frenesí y su respuesta me asombro, señor yo jamás había visto la lluvia
me dijo un hombre, entonces comprendí;
me vi rodeado por cientos de personas que no conocían la lluvia, que jamás
vieron llover, habían oído hablar de la lluvia o la habían visto en fotos o en televisión,
pero nunca en sus vidas la habían presenciado, aquella maravillosa tarde de
lluvia pude comprender muchas cosas, al ver el rostro de todas esas personas su
alegría desbordada su ansiedad y su temor recordé un pasaje de la Biblia que me
recordaba que la lluvia es una bendición y un dádiva de Dios, que hombres como
yo acostumbrados a la lluvia en nuestra patria olvidamos que es una regalo del
Señor, cuan poco valoramos aquellas cosas que Dios nos da en abundancia y a través
de las cuales nos recuerda su amor y su misericordia, y tu ya reflexionaste
acerca de como Dios te Bendice a diario?
Piénsalo!!!
Jer 14:22 ¿Hay acaso
entre los ídolos paganos alguno que pueda hacer llover?
¿Acaso el cielo envía los aguaceros por sí mismo?
¡No, Señor y Dios nuestro!
Tú eres quien los envía,
tú eres quien hace todas estas cosas;
¡por eso esperamos en ti!
Diego
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